Estuve en Francia una semana, 5 días en París, otro en Reims y otro en Troyes. No creía que me iba a gustar tanto este país, pero sin duda sus gentes y sus calles fue lo que me enamoró.
París es una ciudad cosmopolita llena de cultura, moda, rincones exóticos, arte por las calles... y sobre todo bullicio. Coger el metro en París es una de las soluciones más rápidas pero más incómodas. Sobre todo si es a la hora de las salidas y entradas al trabajo.
Lo más recomendable es pasear en bicicleta y usarla para ir a todos lados, aunque hay que tener mucho cuidado con los coches.
Cuando estuve en Versailles me explicaron el por qué de decir que si se rompe un espejo tendrías 7 años de mala suerte. Como sabréis (o no) en Versailles hay una galería de espejos, pues bien, si algún criado rompía uno de estos espejos, tardaba 7 años en comprarlo.
La torre Eiffel es majestuosa, mucha gente por pereza o miedo, no suben hasta la tercera planta, pero desde luego que está 100% recomendado. Cuando subí por primera vez, estaba con unos amigos, y de repente el chico que estaba a nuestro lado se declaró a su mujer. Todos empezamos a aplaudir, y cuando miramos hacia abajo el chico había pintado un corazón enorme de manera que pudiera verse desde la torre.
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